La armonía para mi es la autorregulación.
Es trabajar en ser el observador para poderte elevar por encima de las circunstancias por medio de una práctica constante.
Esa práctica es más fácil si comienzas con la respiración, la respiración nos permite accesar a un mejor estado, ahí es más posible lograr estabilizar el flujo de pensamientos y redirigirlos a pensar a nuestro favor.
La armonía es un arte, es el arte de observar y fluir con aceptación, es el arte en el que la paciencia es indispensable. La armonía es el estado que ya está en ti y es accesible para ti pero hay que tomar la decisión de acceder a él. Algunas veces el acceso es más rápido y algunas veces el acceso toma tiempo, por eso la paciencia es indispensable. Esta paciencia que nos permite aceptar lo que es y a la vez trabajar en lo que deseamos que sea, sin prisa, sin expectativas.
La armonía es también el hacer y el no hacer, es saber danzar de un lado al otro con gracia, esa gracia que se logra sólo con la práctica, la práctica de reconocer que siempre puedo acceder a este estado de quietud.
Hay muchas maneras de practicar la armonía y hay muchas maneras en las que personalmente cada quién se desarmoniza.
Yo recomiendo primero hacer una lista de todo lo que detona que me desestabilice. Podemos empezar escribiendo una lista de 10 detonadores y escribiendo a un lado 3 alternativas que pueden servir de antídoto. Esto lo hacemos porque al pensamiento no le gusta que lo agarren de sorpresa, le gusta sentirse seguro sabiendo qué hay alternativas seguras ya pensadas a su disposición. Cuando no hay opciones, es más fácil que caigamos en la reactividad.
Después de esta lista, hay que hacer una de todo lo que me lleva a mi propio estado de armonía, por ejemplo, hacer una rutina de respiración, meditar, meterme a bañar con agua calientita, agendar un masaje, leer un libro, poner música, hacer ejercicio o salir a caminar. Si incorporamos de manera consciente actividades que contribuyen a mi estado de armonía, el sistema nervioso se va haciendo más resiliente, nos desesperamos menos pues sabemos qué tenemos opciones para regresar al centro.
Mi recomendación más importante es: tomártelo con calma, ser paciente, la práctica de la armonía activa toma su tiempo porque el cuerpo está acostumbrado a reaccionar y se resiste. Poco a poco y paso a paso iremos experimentando más de este estado natural nuestro y cada vez lograremos permanecer más tiempo ahí.
Les dejo 3 líneas de pensamiento que pueden usar cuando se encuentren fuera de su centro, recuerden primero RESPIRAR.
Yo acepto con confianza lo que es y fluyó en armonía teniendo la certeza que todo pasa y es para mi bien.
La armonía toma el control de todas las circunstancias de mi vida.
Yo tengo la habilidad de elegir sentirme bien, yo se siempre que pensar, yo soy armonía.